Rochom P'ngieng, niña salvaje camboyana nacida en 1979 se perdió en la jungla a los ocho años de edad cuando reunía a los búfalos de su familia en un lugar apartado y se encontró con 27 años. Su padre decía poder reconocer a su hija por una cicatriz en la espalda.
Fue descubierta a los 19 años de su perdida, cuando intentaba robar comida en un granero y descubierta por el dueño, quien la entrego a la policía local, coincidiendo ser su padre uno de los policías. Al principio los padres aceptaron realizar pruebas de ADN para confirmar la identidad de la chica, pero luego se negaron.
Cuando se encontró tenía la piel sucia y el cabello hasta los tobillos. Desde su hallazgo tuvo problemas para adaptarse a la civilización. No recordaba como hablar, tan solo emitía gruñidos, solo decía “papá”, “mamá” y “dolor de estómago” y se negaba a vestirse. Camina de cuclillas, si tenia hambre o sed apuntaba su boca pero pudo utilizar una cuchara sin nadie le indicase como e intentaba escaparse continuamente.
En septiembre de 2007, desapareció con destino a la jungla sin dejar rastros.
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