Un campesino de la localidad alemana de Hamelín, encontró a una criatura desnuda, en el verano de 1724, de piel oscura y abundante pelo negro, que se movía trotando por el campo. Lo describió como “una criatura desnuda, pardusca, de cabello negro”. Llevaba restos de una camisa alrededor del cuello. Lograron acercarlo al pueblo ofreciéndole un par de manzanas.
cipalmente hierba, pelaba la corteza de las ramitas verdes y aspiraba la savia, y verduras, aunque también comía carne cruda. En un principio no soportaba la ropa, pero aprendió a usarlos.
Tenía muy desarrollados los sentidos del oído y el olfato, le gustaba la música y murmuraba las melodías que escuchaba. Un médico que le examino, propuso la posibilidad de deformaciones en la lengua que le impedían hablar.
Este niño vivió poco tiempo en Hamelín, pues primero fue enviado a Hannover y de ahí fue de un lugar a otro de mano en mano de cortesanos probablemente como un entretenimiento.
Cuando creció aceptó una dieta más variada y en mayores cantidades. Le gustaba el fuego y no despreciaba un vaso de licor, pero mostró indiferencia por el dinero y las mujeres. Llegó a prestar pequeñas ayudas en la cocina pero necesita estar supervisado continuamente.
No era sordo. Muchos trataron de enseñarle a hablar, con la esperanza de que pudiera contar algo sobre su existencia pero nunca llegó a hablar. Aunque aprendió a vestirse y a dormir en una cama, no era más inteligente que los animales. Pasó 61 años en la sociedad, pero nunca aprendió a decir nada, excepto “Peter” y “rey Jorge”
Los cómics, aun siendo sencillos, son casi el único trabajo de síntesis que se realiza en el blog. Insisto en que el resto es un resumen de lo que se encuentra, sin ningún tipo de análisis (al menos hasta ahora).
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